En la Tierra existen numerosos umbrales que conectan a los mundos cuánticos con nosotros.
El Cañón del Sumidero tiene un acantilado de casi 1400 mts y una profundidad de hasta 250 mts. Sus paredes rocosas se levantan a los lados del río Grijalva y es hábitat de cocordilos, monos araña y una gran cantidad de otros animales y plantas.
Este sitio es de suma importancia en esta novela, pues los antiguos indios Chiapa escondieron en algún lugar de sus escarpadas paredes el misterio de la ubicación del mundo cuántico de Ilocab.